5a Caminata, La Tierra Respira, La Salitrera, Villa de Zaragoza 20 y 21 de agosto de 2011

Dos días espléndidos tuvimos para disfrutar en esta caminata en la que participamos 8 personas: Horacia, Lourdes, David, Isabel, Omar, Carolina, Hugo y Mauricio. Salimos por la carretera a Río Verde y nos desviamos a la derecha justo en el crucero que señaliza hacia Villa de Zaragoza. Un poco antes de llegar a la cabecera municipal se agarra el camino que conduce al poblado llamado La Salitrera. En este poblado se localiza la mina más grande del mundo de fluorita, manejada por el mega consorcio industrial Mexichem. De hecho las indicaciones para llegar no se refieren al poblado sino a la minera.

Mientras uno va subiendo la sinuosa y escaparda sierra de Álvarez desde el polvoso altiplano, van sucediéndose vegetaciones contrastantes hasta que de pronto dejamos el semiárido y ya en pleno barlovento nos defrontamos con el bosque templado típico de esta región.

La Salitrera es un poblado un tanto atípico. No es comunidad ni ejido y no hay plaza con iglesia. Se trata de una comunidad de pequeños propietarios, sí aunque parezca un oximorón, así es. La mayor circulación se debe a las camionetas y camiones de la mina, ingenieros y trabajadores circulan y a lo largo del camino vemos los camiones transitando lentamente cargados de la fluorita que, según nos informaron, es beneficiada en la zona industrial de San Luis Potosí.

Dado que el guía oficial (Mauricio) no encontraba la entrada, resultó que Omar conocía bien la zona, pues trabajó durante todo un año como profesor de Conafe. Así que le dimos la estafeta como guía. Subimos por un camino de terracería que parte justamente a un costado del arroyo ubicado en la parte posterior del cerro en donde se localiza la mina. Esto quiere decir que al ir subiendo adquirimos una vista excelente sobre una buena parte del complejo minero. Vimos que el trabajo es incesante.

Luego de 35 minutos llegamos a un extenso plan en donde se apreciaba pasto verde y una manada de caballos. Este lugar se conoce como Lapuente. Primero fuimos a conocer una cueva y en el camino nos encontramos a un grupo de scouts. Esta cueva es muy visitada, parece que en el pasado en este lugar hacían fiestas raves, hasta que se produjo un accidente. Según nos dijo Omar la profundidad es de 8 kilómetros. Regresamos al Plan y después de un ligero almuerzo nos dirigimos al río, no me atravería a asegurar que se trata del río Santa Catarina. La caminata fue de una hora hasta encontrarnos con unas pozas de agua cristalina. Algunos no resistimos y nos metimos de inmediato para refrescarnos. Lo único que desentonaba en el paisaje era una bomba de gran capacidad, pero vieja que bombea agua de manera permanente y sin descanso hacia la mina. Nos pudimos dar cuenta que no trabajaba en condiciones óptimas pues tiraba mucho agua a los lados.

Creo que todos nos quedamos cautivados por la tranquilidad, el silencio y sobre todo por la exuberancia de este bosque. Observamos una diversidad de especies arbóreas y no la típica asociación de encinos y pinos. Realmente un oasis. Regresamos para instalar nuestras casas de campaña. Antes alguien había hecho fogata y nos había dejado suficiente madera para pasar un buen rato viendo el fuego y las estrellas

Al día siguiente levantamos campamento y nos dirigimos a La Salitrera, pues resulta que Mauricio debió confirmarles a los señores y como no lo hizo no estaban preparados para darnos de desayunar. En nuestro trayecto Isabel fue la primera en avistar una pareja de venados. Todos nos sorprendimos, pero quien esto suscribe más porque nunca a pesar de muchas caminatas en diversas zonas había visto un venado en estado salvaje.

Nos fuimos a desayunar a la cabecera y por lo tanto ya no realizamos la actividad programada, la cual consistía en la aplicación de entrevistas. En realidad éramos pocos como para cubrir una mínima muestra y al mismo tiempo disponíamos de poco tiempo como para pasar todo el día haciendo dichas entrevistas. Pensamos que sería mejor ir especialmente para eso en otra oportunidad. Villa de Zaragoza es un poblado descuidado, cuya arquitectura rural y campirana ha sido desvirtuada y en su lugar se han impuesto las construcciones de blocks. Muy sutilmente percibimos que con un buen programa este sitio podría mejorar su imagen y ser una buena opción de paseo para los potosinos de la capital. Su intensa actividad económica ya lo hace un sitio de reunión de los pobladores de los poblados y rancherías cercanas.

Lo interesante de todo esto es que en la semana siguiente apareció un artículo que parece haber sido pagado por Mexichem. Pienso que hay que subirlo al blog al igual que otro articulo que escribí para proponer su publicación en algún diario de San Luis, porque parece que la empresa trata de mostrar su cara benevolente y responsable con la población y el medio ambiente.

Lo que comprobamos es que este sitio es un lugar excelente para acampar y hacer caminatas. Ojalá y muy pronto regresemos.